Lejos de los centros turísticos más concurridos, hay pequeños pueblos costeros donde el ritmo de vida es pausado y la historia sigue viva en cada rincón. Allí, las playas se extienden sin interrupciones, las antiguas construcciones narran un pasado de esplendor y la naturaleza marca el pulso de la vida cotidiana. 

Son destinos perfectos para desconectar, sumergirse en la serenidad del mar y descubrir postales poco exploradas de la provincia de Buenos Aires, ofreciendo paisajes vírgenes, tranquilidad absoluta y una conexión única con el entorno.

A lo largo de la Costa Atlántica, existen lugares que han permanecido en el tiempo, conservando su esencia natural. Mar del Sur es uno de ellos: con playas extensas, poca urbanización y un entorno sereno, se convierte en la escapada ideal para quienes buscan desconectar. Su historia y belleza lo posicionan como un destino prometedor.

Esta temporada, en Miramar, al igual que en todos los puntos turísticos de la Provincia, el gobierno de Axel Kicillof desplegó el Operativo Sol con más de 25.000 efectivos policiales, 200 patrulleros, 150 camionetas y 600 motos para tareas de prevención y cuidado de los turistas. Además, se incrementaron los medios en las principales rutas para brindar asistencia, prevenir siniestros viales, fiscalizar el transporte y llevar a cabo controles de alcoholemia. 

Un pueblo con historia y paz absoluta

Mar del Sur, ubicado a 17 km de Miramar, nació en 1889 con la ambición de ser el “Gran Balneario Argentino”. Sin embargo, la falta de un tren y diversas crisis económicas limitaron su crecimiento. Hoy, con apenas 2.400 habitantes, es un refugio ideal para quienes buscan descanso, lejos del bullicio de los grandes centros turísticos.

Un ícono arquitectónico en restauración

Uno de los atractivos más emblemáticos de Mar del Sur es el Hotel Boulevard Atlántico. Este majestuoso edificio de fines del siglo XIX fue concebido para la alta sociedad de la época. Aunque solo quedan en pie su fachada y parte de la planta baja, hoy funciona como cafetería y restaurante. Además, se encuentra en restauración para incluir un spa, gimnasio, piscina climatizada y un paseo comercial.

Playas desiertas y paisajes únicos

Las playas de Mar del Sur se caracterizan por su amplitud y tranquilidad. Sin grandes construcciones ni multitudes, son el lugar ideal para disfrutar del mar sin interrupciones. A esto se suma la belleza de los arroyos La Tigra y La Carolina, que desembocan en el océano, creando un ecosistema perfecto para la pesca y la observación de aves.

Lugares llenos de historia y curiosidades

Para quienes disfrutan de sitios singulares, la Casa de los Caracoles es una visita obligada. Esta vivienda, ubicada a 150 metros de la avenida principal, está completamente cubierta por millones de caracoles recolectados en la zona, convirtiéndose en un verdadero símbolo local.

Otro punto de interés es la Estancia La Eufemia, situada a 8 km del pueblo. Allí se encuentra la Capilla Divina Pastora, rodeada de un extenso parque ideal para caminatas. Un sitio perfecto para conectar con la historia y la naturaleza.

Pesca en un entorno privilegiado

Los amantes de la pesca tienen en Rocas Negras un punto clave. Este sector costero es famoso por su gran cantidad de pejerreyes, lo que lo convierte en un atractivo tanto para pescadores experimentados como para quienes buscan iniciarse en la actividad.

Sabores autóctonos junto al mar

En Mar del Sur, la oferta gastronómica es pequeña pero de calidad. Sus restaurantes y cafeterías destacan por la frescura de sus ingredientes, ofreciendo platos caseros con el auténtico sabor de la costa bonaerense.

El destino perfecto para el descanso

Mar del Sur es un lugar que combina historia, naturaleza y serenidad. Su pasado como balneario exclusivo, sumado a su presente como refugio de tranquilidad, lo convierten en una opción ideal para unas vacaciones alejadas del ruido. Sus playas desiertas, sus rincones históricos y su ambiente relajado lo posicionan como una joya oculta de la Costa Atlántica argentina.