La idea nada novedosa de abrir las importaciones genera intensos debates. Sin embargo, ¿qué implica realmente “abrir la economía”? ¿Qué sucede con la industria nacional y la balanza comercial cuando los aranceles aduaneros se eliminan o se reducen drásticamente? Este es un tema que afecta directamente a todos los ciudadanos, más allá del rubro en el que se emplee.
¿Por qué existen los aranceles aduaneros?
Los aranceles aduaneros son una herramienta económica diseñada para proteger la industria nacional. Al gravar los productos importados, se busca equilibrar la competencia entre los bienes extranjeros y los producidos localmente. Sin esta protección, la industria local queda expuesta a productos más baratos provenientes de países con costos de producción inferiores, lo que puede llevar al cierre de fábricas y al desempleo masivo. Esto, a su vez, genera un efecto dominó en toda la economía y en la recaudación del estado, formando un espiral descendente hacia la catástrofe económica.
Cuando abrimos las importaciones sin restricciones, la industria local pierde competitividad, no porque sea ineficiente (como dicen algunos "expertos" en economía), sino porque no puede competir con economías que producen en condiciones completamente distintas, ya sea por salarios más bajos o por subsidios estatales que abaratan artificialmente sus productos.
El papel de la balanza comercial
La balanza comercial mide la diferencia entre lo que un país exporta y lo que importa. Cuando exportamos más de lo que importamos, generamos un superávit comercial, es decir, un saldo positivo de dólares que ingresan al país. Por el contrario, cuando importamos más de lo que exportamos, se produce un déficit comercial.
¿Por qué es tan importante este equilibrio? Los dólares que ingresan a través del comercio exterior no son solo un dato contable; son esenciales para sostener la economía nacional. Por ejemplo:
Cuando las importaciones superan ampliamente a las exportaciones, el país queda en una posición de vulnerabilidad, ya que no genera suficientes divisas para cumplir con estas obligaciones. Este desajuste en la balanza comercial es el primer paso hacia crisis económicas más profundas, como la falta de reservas y el sobreendeudamiento (¿les suena el FMI?)
¿Qué dice la legislación argentina y del Mercosur?
La Constitución Nacional, en su artículo 75 inciso 18, establece que el Congreso debe promover el desarrollo económico y la industria, protegiendo la economía nacional. A nivel regional, el Mercosur también defiende la integración económica de sus miembros mediante aranceles externos comunes que buscan evitar la invasión de productos extranjeros que puedan perjudicar a las economías locales.
Sin embargo, las políticas actuales del gobierno argentino parecen ir en una dirección opuesta, con una apertura indiscriminada que pone en jaque a la industria nacional y genera desequilibrios en la balanza comercial.
El ejemplo global
Los países más desarrollados protegen ferozmente su industria estratégica. Estados Unidos y la Unión Europea aplican fuertes aranceles a bienes que consideran esenciales para su seguridad económica. Incluso economías abiertas como China mantienen un estricto control sobre sus importaciones, asegurándose de no poner en riesgo su desarrollo industrial.
Por el contrario, los países que han abierto indiscriminadamente sus economías han terminado sufriendo la desindustrialización y un aumento en la dependencia de bienes importados, lo que les deja en una situación de fragilidad frente a las fluctuaciones del mercado internacional.
Reflexión final
Abrir la economía sin reglas claras no es sinónimo de progreso. Es condenar a nuestra industria, al empleo nacional y a nuestra autonomía económica. La balanza comercial no es solo una ecuación de números: refleja la salud económica del país y su capacidad para sostenerse en un mundo interconectado.
Proteger la industria nacional y fomentar las exportaciones no es un capricho ni un resabio proteccionista; es la clave para generar empleo, desarrollar tecnología y garantizar la independencia económica. Reflexionemos sobre el impacto de las políticas que priorizan importaciones sobre producción local. Un país sin industria y con una balanza comercial desequilibrada es un país sin futuro.
Por: @drezequielgomara (ezequielgomara@gmail.com)
Abogado