Las jugadoras pertenecen al Club Bernal y se inscribieron en un torneo que se debía jugar el fin de semana en la ciudad balnearia. Al llegar, se dieron cuenta de que el campeonato no existía.
Cuatro parejas de tenistas del Club Bernal fueron estafadas este fin de semana cuando viajaron a competir a un torneo en Cariló, que finalmente se trató de un engaño de un conocido organizador de campeonatos.
El torneo femenino tenía un costo de inscripción de $120.000 por persona e iba a realizarse en un club donde las jugadoras quilmeñas ya habían competido en otras oportunidades. Incluso, según informó a InfoQuilmes una de las damnificadas, muchas de ellas ya habían disputado torneros realizados por los mismos organizadores, por lo que confiaron plenamente en el momento de la inscripción y no se imaginaron que iban a estafarlas.
El torneo debía comenzar el pasado viernes 26 de octubre en las canchas de Cariló, para continuar el sábado y culminar el domingo en Pinamar. La competencia incluía una cena el sábado y almuerzo con la entrega de premios.
Las parejas del Club Bernal, todas jugadoras con años en los circuitos amateur y ganadoras de infinidad de trofeos, llegaron el viernes al club e identificaron en las canchas a jugadoras locales, con las que en varias oportunidades se habían enfrentado.
Pero el torneo no comenzaba y notaban que no había otras jugadoras, como suele haber en este tipo de competencias. Pasados los minutos y mientras la capitana del equipo hablaba con los organizadores para que le explicara sobre las supuestas demoras para iniciar el torneo, las jugadoras locales se acercaron a las quilmeñas para hablar y ahí supieron que no existía el torneo.
“Cuando llegamos éramos las únicas cuatro parejas inscriptas y encima invitaron a jugar a gente de la zona a la que no les cobraron, para que jugaran con nosotras”, explicó una de las estafadas. Después de intentar que les devolvieran el dinero, los organizadores aceptaron darles solo el 20% del valor de la inscripción. Las jugadoras ahora analizan los caminos legales para poder recuperar todo el dinero, sin contar los gastos de traslado y estadía que debieron asumir pese a no haber jugado el torneo.