La herencia legitima es aquella que la ley reserva para ciertos familiares del fallecido, conocidos como herederos forzosos. Este tipo de herencia se da incluso cuando existe un testamento, ya que garantiza que ciertos parientes reciban una parte de los bienes, independientemente de la voluntad expresada en dicho documento. Los herederos forzosos son aquellos que la legislación considera como prioritarios para recibir una parte de la herencia.
La lista de herederos forzosos varía según la legislación de cada país, pero en general incluye a:
El testamento es la forma en la que una persona puede decidir sobre el destino de sus bienes tras su fallecimiento. Sin embargo, la existencia de herederos forzosos limita esta libertad. En la mayoría de las legislaciones, el testador solo puede disponer libremente de una parte de sus bienes, conocida como "parte libre", ya que la otra parte está reservada para los herederos forzosos. Por ejemplo, en algunos países, los hijos pueden tener derecho a recibir al menos un tercio de la herencia, y el testador solo puede asignar el tercio restante a quien desee.
La herencia sin testamento, también conocida como sucesión intestada, se produce cuando una persona fallece sin haber dejado un testamento válido. En este caso, la ley establece quiénes serán los herederos y cómo se distribuirán los bienes del fallecido. Las normas de sucesión intestada siguen un orden de prioridad para determinar quién tiene derecho a heredar.
El orden de los herederos varía según el país, pero generalmente sigue una estructura similar:
Hijos y descendientes: Al igual que en la herencia legítima, los hijos son los primeros en la línea de sucesión. Si alguno de los hijos ya ha fallecido, sus descendientes (nietos) heredan su parte.
Padres y ascendientes: Si el fallecido no tiene descendientes, la herencia pasa a los padres o abuelos.
Cónyuge: El cónyuge sobreviviente también tiene derechos en caso de que no haya descendientes o si no se dispuso lo contrario. Dependiendo de la legislación, el cónyuge puede heredar junto con los hijos o en ausencia de ellos.
Hermanos y colaterales hasta el cuarto grado: Si no hay descendientes, ascendientes o cónyuge, la herencia puede pasar a los hermanos del fallecido, o en su defecto, a otros familiares colaterales, como primos o sobrinos.
El Estado: Si no se encuentran herederos en los grados anteriores, los bienes del fallecido pueden pasar al Estado, aunque esta situación es bastante infrecuente.
Cuando alguien fallece sin testamento, es necesario iniciar un procedimiento legal para determinar a los herederos. Este proceso puede variar según la jurisdicción, pero generalmente incluye los siguientes pasos:
Declaración de herederos: Se realiza una declaración oficial de quiénes son los herederos legales. Esta declaración se realiza ante notario o un juez, dependiendo de las circunstancias.
Distribución de los bienes: Una vez determinados los herederos, los bienes del fallecido se distribuyen de acuerdo con el orden de sucesión legal. En algunos casos, si no hay acuerdo entre los herederos, puede ser necesario acudir a un tribunal para dividir los bienes de forma equitativa.
El testamento es la forma más segura y organizada de planificar cómo se repartirán los bienes. A través de este documento, la persona puede determinar quiénes serán sus herederos y en qué proporciones recibirán los bienes. Existen varios tipos de testamento: