Melissa Kumber, una agente de la Policía de la Ciudad, fue encontrada muerta en su vivienda de Quilmes Oeste, víctima de un disparo en la cabeza. El principal acusado es su ex pareja, también miembro de las fuerzas de seguridad, quien se encontraba presente en la escena junto a su hija de apenas siete meses. Según la versión del imputado, la tragedia se desató tras una discusión en la que, según él, Melissa le disparó primero y él respondió en un acto de legítima defensa.
Sin embargo, la fiscal Karina Gallo, encargada de la investigación, presentó cargos en su contra por “homicidio agravado por el vínculo y por femicidio”, delitos que contemplan una pena de prisión perpetua si se llega a una condena.
El inicio del juicio, previsto originalmente para mayo, debió ser reprogramado debido a la imposibilidad de integrar un jurado completo. Vale recordar que en esta modalidad judicial, un veredicto de “culpable” requiere que al menos 10 de los 12 miembros del jurado estén de acuerdo, y para una condena a prisión perpetua es necesaria la unanimidad de todos los integrantes.