El concejal del PRO y referente de la Agrupación 14 de Agosto, Lucas Araujo, presentó una minuta de comunicación solicitando detalles sobre la recolección de datos biométricos en el distrito. La preocupación de los vecinos se hizo eco en el recinto, exigiendo claridad sobre los fines de estas actividades, las empresas involucradas, y las medidas de seguridad para proteger la privacidad y la integridad de los datos recabados.
La discusión se intensificó cuando la edil Evelyn Giancristoforo, de Unión por la Patria, reveló que uno de los sitios de escaneo había sido clausurado por el municipio. A pesar de que la propuesta de Araujo no obtuvo la mayoría necesaria (sólo fue votada por los bloques opositores), el concejal manifestó su determinación de continuar abordando la cuestión y proponer una ordenanza para regularizar esta actividad en Quilmes.
Este fenómeno no es exclusivo de nuestro distrito; ya que se extiende por otros municipios del conurbano y otras regiones de Argentina. En La Plata, por ejemplo, el Ministerio de Producción bonaerense y la comuna intervinieron en la clausura de locales que participaban en actividades similares, por incumplimientos normativos y por operar sin la debida declaración.
Sin embargo, la controversia alcanza dimensiones internacionales, con países como España y Estados Unidos tomando medidas drásticas. El gobierno español prohibió a WorldCoin, la empresa detrás de estos escaneos, continuar con la recolección de datos personales debido a preocupaciones sobre su uso potencial. En Estados Unidos, la práctica está directamente prohibida, mientras que en Europa enfrenta restricciones significativas.
Este escenario plantea un dilema ético y legal sobre la tecnología y la privacidad, poniendo en la balanza los beneficios de la innovación frente a los derechos individuales y la seguridad de la información personal.