Estos incidentes, que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de los profesionales de la prensa en el ejercicio de su labor, generan preocupación en el ámbito periodístico y plantean interrogantes sobre la libertad de expresión y el respeto a los medios de comunicación.
El primer incidente tuvo lugar el miércoles 31 de enero, cuando Manu Jove, periodista de la señal TN, se encontraba cubriendo la movilización. Situado entre la fila de manifestantes y la policía, Jove fue increpado por uno de los participantes, quien lo escupió.
Simultáneamente, otro individuo arrojó líquido desde una botella en dirección al periodista. A pesar de la tensión inicial, la intervención de otros manifestantes evitó que la situación escalara a mayores proporciones. Luego, en redes sociales recibió la solidaridad del vocero presidencial Manuel Adorni, quién sostuvo que el cronista "fue agredido por algunos inadaptados mientras cumplía con su trabajo".
Mi solidaridad con el periodista Manuel Jove quién fue agredido por algunos inadaptados mientras cumplía con su trabajo. Fin. pic.twitter.com/jDmWvrXDkC
— Manuel Adorni (@madorni) January 31, 2024
El segundo episodio y que revistió de mayor gravedad ocurrió durante la noche del jueves, cuando Facundo Muñoz, reportero de Cronica TV, fue víctima de la represión policial. En medio de los disturbios, Muñoz recibió un impacto de bala de goma en el pie.
Afortunadamente, el calzado que llevaba puesto mitigó las posibles lesiones, aunque el joven movilero quedó rengueando durante algunos minutos. Además, fue alcanzado por gas pimienta en el rostro. Durante los días previos, mientras cubría la extensa sesión en el Congreso, Muñoz también sufrió escupidas, agresiones físicas y verbales por parte de manifestantes.
Estos incidentes son reflejo de la creciente tensión que rodea el tratamiento de la "Ley Ómnibus", una normativa que generó polémica y movilizaciones en diversos sectores de la sociedad. Sin embargo, resulta fundamental destacar que las agresiones a periodistas representan una amenaza directa a la libertad de prensa, un pilar fundamental de la democracia.
En un contexto donde el diálogo y el respeto por la diversidad de opiniones son fundamentales, resulta imperativo condenar cualquier acto de violencia que atente contra la libertad de expresión y el derecho a informar. Distintas organizaciones, sindicatos y colegios de periodistas expresaron su repudio ante estos hechos y exigieron garantías para el ejercicio seguro de su labor.