Avanzan las obras de infraestructura en 5 de los 29 Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) que integran la Red AMBA en Quilmes.
Se trata del mayor programa de salud pública en la historia de la provincia de Buenos Aires. En el distrito beneficiará a 320 mil vecinos y prevé una inversión cercana a los 315 millones de pesos.
Los trabajos de ampliación, refacción y puesta en valor se iniciaron en los centros Alicia Franco (Bernal Oeste), Cañada Gaete (Bernal Oeste), René Favaloro (Quilmes Este), Arturo Illia (Ezpeleta) y en el CIC 2 de Abril (Ezpeleta).
Contemplando las necesidades específicas de cada uno de estos lugares, en líneas generales se proyecta aumentar la cantidad de consultorios (en algunos casos hasta se duplica el número), construir baños para personas con discapacidad y un SUM para que puedan realizarse reuniones informativas relacionadas con el área de salud.
También está previsto instalar cámaras y alarmas para reforzar la seguridad. Mientras las obras estén en ejecución, en los casos que se requiera, se dispondrán tráilers con módulos de consultorios y sanitarios para que la gente pueda acceder al servicio sin interrupciones.
La iniciativa es el resultado de un trabajo en conjunto de la Provincia, la Ciudad de Buenos Aires y los 40 municipios que componen el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Con la presencia de 29 CAPS en Quilmes, esta red garantizará que haya un centro de atención primaria de Salud a no más de 15 minutos de la casa de cada vecino.
Además, se estipulan mejoras en el modelo de gestión y atención con la incorporación de profesionales de distintas especialidades y con la ampliación del horario de atención.
También habrá una evolución en el manejo de los sistemas de información a partir de la implementación de la historia clínica electrónica, que permitirá que los médicos puedan acceder de forma inmediata a los datos de sus pacientes.
El nuevo sistema del primer nivel de atención busca consolidar las redes de salud de la región con el objetivo de fortalecer las salas barriales —capaces de resolver el 85% de las consultas más frecuentes— y, así, dejar a los hospitales más aliviados para que puedan dar respuesta oportuna a los casos de urgencia o de alta complejidad.