Una jornada que debió ser de jolgorio y alegría por la clasificación argentina a la final de la Copa del Mundo se vio empañada en Quilmes por los violentos de siempre, que ocasionaron destrozos en comercios de la zona de Plaza Conesa. Hubo críticas por la falta de prevención y un inexistente operativo de seguridad ante un evento que se veía venir.
Tras los goles convertidos por Lionel Messi y Julián Álvarez, la Selección Argentina obtuvo una nueva clasificación a la final del Mundial en Qatar. Apenas se produjo el pitazo final que selló la victoria del equipo albiceleste, miles de hinchas salieron a festejar en todas las ciudades del país. En Quilmes el punto de encuentro principal se dio en la Plaza del Bicentenario (también llamada Conesa), en los alrededores de Colón y Lavalle.
Sin embargo, lo que debió ser una fiesta terminó con repudiables actos de vandalismo, donde las principales víctimas fueron los comerciantes de la zona gastronómica quilmeña, en especial el local de Starbucks. Y es que nuevamente la violencia, aunque en pequeños focos, se hizo presente con un puñado de agitadores que terminaron trepados en la marquesina del lugar, rompieron los vidrios generando además un riesgo para tanto para sí mismos como para terceros, e ingresaron para robar productos. Hoy el local debió cerrar sus puertas para volver a ponerlo en condiciones.
En los alrededores el “operativo de seguridad” se limitó a personal de Tránsito del Municipio de Quilmes cortando algunas calles y desviando la circulación vehicular. No hubo vallados ni presencia policial, lo que dejó la celebración a “la buena de Dios” y a los comerciantes vulnerables. “Cuando vi que empezaba a llenarse de borrachos que hacían bardo y rompían todo me volví a mi casa”, expresó uno de los presentes a InfoQuilmes.