Un conjunto de hombres privados de la libertad sostienen un taller de carpintería en la Unidad 23 de Florencio Varela. Allí se construyeron mesas y bancos de muy buena calidad, que fueron donados a la Asociación Civil Ribera de Bernal, donde fueron trasladados.
A través de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Quilmes se promovió la vinculación de esta entidad social, que forma parte del Consejo Local de Niñez, con quienes realizan el taller. Los talleristas cuentan entre ellos con carpinteros de oficio que forman a sus compañeros. Por lo tanto es un gesto doblemente solidario que beneficia a niños y niñas que asisten diariamente a la entidad y fortalece la tarea educativa dentro del penal.
Estuvieron presentes en el acto de entrega la directora de Asuntos Jurídicos de Personas en Situación de Encierro, Micaela Pacheco; el director de la Unidad 23, Cristian Rivinicovf, y el director general de Violencia Institucional del Municipio de Quilmes, Walter Ormazábal, junto a integrantes de los equipos profesionales. Esta es la tercera tanda de cinco previstas que se donan a distintas organizaciones de nuestra ciudad.
Luego del acto de entrega del mobiliario se compartió un almuerzo, durante el cual se realizó un intercambio donde hubo coincidencia en la importancia que la comunidad conozca la voluntad, la solidaridad y el esfuerzo que conllevan estas iniciativas de personas privadas de su libertad y la necesidad de acompañarlas y sostenerlas también luego de su egreso.
Teniendo en cuenta que la casi totalidad de los 1.600 detenidos en la Unidad 23 desarrolla actividades educativas, en formación de oficios de manera autogestionada, o formales de la Dirección General de Escuelas, el papel del Estado es central. Y cabe difundirlas porque la consideración positiva por parte del conjunto de la sociedad es clave para lograr integración y justicia social.