El 29 de septiembre de 1989, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 23.749. Así, fue creada la Universidad Nacional de Quilmes. En poco más de tres décadas, la Universidad tuvo un crecimiento vertiginoso. Con su puesta en funcionamiento en 1991, cerca de mil estudiantes pudieron anotarse a 13 carreras de grado. Para ello, hubo solamente diez aulas a disposición. En la actualidad, alrededor de 48 mil estudiantes son parte de la UNQ entre carreras presenciales, virtuales, de grado, posgrado y extensión. En términos edilicios, las instalaciones también fueron aumentando y crecieron al ritmo de la demanda. Además, la Casa de Altos estudios se destaca a nivel local, nacional e internacional por sus investigaciones, desarrollos y transferencias.
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, el rector Alfredo Alfonso sostiene que, en este recorrido de 33 años la Universidad está de pie. “Además de ser reconocida no solo en su contexto social sino también en el país, Latinoamérica y algunos lugares del mundo, ha constituido referencias indiscutibles como ser la primera carrera de biotecnología en el país o 23 años de educación virtual”, afirma.
Por su parte, también en conversación con la Agencia, la vicerrectora Alejandra Zinni, resalta que el balance de estos años es muy positivo. “A principios de los 90, cuando entré a la Universidad, la puerta era una tranquera y el edificio de la fábrica recién estaba empezando a reciclarse. Hoy en día, el volumen de oferta académica, las actividades de investigación y la cantidad de estudiantes que tenemos es destacable”.
Casa de Altos Estudios
Actualmente, entre grado y pregrado, la UNQ cuenta con 45 carreras que incluyen la modalidad presencial y virtual. Algunas de las más distinguidas son Ingeniería en Automatización y Control Industrial, Ingeniería en Alimentos, Terapia Ocupacional, Enfermería, Comunicación Social, Artes Digitales, Composición con Medios Electroacústicos, Comercio Internacional y Economía Social y Solidaria. Entre estos hitos, se destaca la carrera virtual de Contador Público Nacional, pionera en Argentina.
Sin embargo, la producción de conocimiento no se agota ahí. A la fecha, la UNQ tiene 60 posgrados y es referencia en muchos lugares de la región. Por eso, más de 4500 estudiantes la eligen para realizar sus diplomas, especializaciones, maestrías y doctorados. Por su parte, la extensión no se queda atrás y cuenta, entre cursos y propuestas, con más de 4400 personas que realizan alguna actividad en este marco. Al respecto, Alfonso sentencia que “la Universidad va creciendo día a día, siempre atenta a nuevas carreras que permitan a las y los estudiantes insertarse laboralmente para hacer crecer sus familias y contextos sociales”.
A escala humana
A pesar de las cifras crecientes en todos los aspectos, la Universidad conserva su espíritu humano donde cada integrante es miembro de una gran familia. En este sentido, Zinni destaca: “Como dice Daniel González, director del Departamento de Ciencias Sociales, la nuestra es una Universidad a escala humana. La mayoría de los docentes conocemos a nuestros estudiantes con el nombre, tenemos una cercanía y familiaridad que no se da en otras instituciones”.
Por su lado, y en línea con las palabras de la vicerrectora, Alfonso resalta: “Tenemos una Universidad que nos hace sentir orgullosos. Es una comunidad hermosa que siempre está bien predispuesta. En términos laborales, el ambiente es muy lindo, el hábitat es excelente y hay muy buen clima laboral. No dejamos a la deriva a nadie y el modelo UNQ nos llena de orgullo”.
Desafíos
Los avances tecnológicos, la irrupción de la pandemia y las nuevas formas que impone el siglo XXI obligan a repensar la Universidad. Por eso, cada vez hay más ofertas académicas virtuales y la bimodalidad se asoma en el horizonte. “Al principio, los estudiantes necesitan presencialidad para empaparse de la vida universitaria, pero en la finalización de su formación requieren mucha virtualidad porque ya necesitan o consiguieron trabajo, entonces les cuesta llegar a la UNQ y formarse en las aulas”, señala el rector.
Alejandra Zinni remarca que la bimodalidad es el desafío más interesante y más complejo que tienen por delante. “Hay una demanda creciente de la comunidad por trabajar mediados por tecnología, enseñar y aprender mediados por tecnología”, subraya. Tanto el rector como la vicerrectora coinciden en el desafío de sostener los logros conquistados y mejorarlos día a día. En este aspecto, Alfonso cierra: “Otro desafío fuerte es lograr acuerdos internacionales para asegurar los recursos e ingresos, sobretodo en áreas de investigación que son complejas que requieren mucha tecnología”.
Artículo publicado por la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.